Lo primero que debes saber es que no hago descuentos

(Con la calidad no se juega, como diría mi madre).

Lo segundo es que hago algo muy simple: jamones como antiguamente.

También toco la guitarra por las noches. Puro rock.

Lo tercero, te cuento la historia que (casi) siempre me piden cuando abrimos un buen vino.

En el año 2000 frente a una chimenea, se me ocurrió la absurda idea de hacer jamones en la Sierra Sur de Oaxaca (inspirado en parte, por la añoranza de seguir la tradición familiar de generaciones, en mi tierra de Cataluña). 

También vi la oportunidad de preservar una raza criolla que estaba en extinción, debido a que los productos que proporcionan tienen mucha grasa, algo que no gusta a los restaurantes de la zona, que prefieren la carne (por lo que buscan los cerdos de granja).

Sorprendentemente, esta raza criolla a la que me refiero tiene genes de cerdo Pelón mexicano y de Mangalica, una raza sin precedentes en América, y muy apreciada por su gran cantidad de grasa. (Así que imagina el valor de nuestro cerdo criollo).

Otro beneficio de conservar esta raza ha sido la preservación de encinos, (ya que dan bellotas y se ha establecido un comercio entorno a este producto), porque trabajamos con 20 rancherías de la zona que crían los cerdos con mucha dedicación (como antaño).

En resumen, una producción artesanal de alta calidad que permite únicamente elaborar 70 jamones al año. (De los cuales muchos ya están reservados).

Con estos cerdos, aparte de jamón, también hacemos sobrasada, cabeza de jabalí, butifarra negra, panceta, guanciale, paté y un lomo marinado con vino tinto y tequila que rompe con la pana (como decimos en mi pueblo).  

El gusto por los sabores exquisitos me llevó a buscar otros productos que me piden grandes restaurantes. Y ahora he decidido que tú también los puedas tener en tu casa.

Nada de lo que vas a encontrar aquí es algo que no recomiende a mi familia y a mis mejores amigos. (Supongo que este es el éxito de esta pequeña tienda).

Emilio Busqueta

Si eres un chef y te gustan los sabores exclusivos deberías escribirme.

Si me quieres escribir para felicitarme el cumpleaños, pues también.